Reflexión acerca de un caso exitoso utilizando portafolio de evidencias
Hola, voy a reflexionar un poco acerca de algunos temas relacionados con mi escuela y mis experiencias, procesos de enseñanza y aprendizaje y la participación de la comunidad en la misma.
Como sabemos la escuela pública es un espacio incluyente que necesita de la participación de todos los actores involucrados en ella, en donde obviamente los alumnos deben ser el centro de atención, y debemos enfocar todos nuestros esfuerzos a que ellos logren los aprendizajes esperados y que también les sean de utilidad en su vida cotidiana. Desafortunadamente hay ocasiones en que por más estrategias que implementemos algunos no se dejan ayudar o pasan por problemas muy serios en su vida familiar que los hace perder el interés en la escuela cambiando drásticamente sus prioridades; tal es el caso en mi escuela, en donde hemos tenido alumnos destacados que desafortunadamente hemos “perdido” debido a situaciones de adicciones, de embarazos, de desintegración familiar, e incluso afectados por la delincuencia organizada. En éste sentido la participación de los docentes y autoridades educativas muy poco hemos podido revertir ésta situación. Pero también hemos tenido historias de éxito, por ejemplo con un alumno que por diferentes causas (incluyendo la delincuencia) ya no pudo asistir regularmente a la escuela, por lo que a la hora de la evaluación debimos tomar diversos recursos para llevarla a cabo, y es ahí en donde la evaluación formativa y sumativa, así como los portafolios de evidencias tomaron gran importancia para nuestro alumno.
Con alumnos en esa situación es difícil ir obteniendo una evaluación formativa, ya que al casi no presentarse a la escuela no hay muchas oportunidades de obtenerla. Lo que si podemos y pudimos hacer es solicitarle un portafolio de evidencias que en las pocas oportunidades en que el alumno se presentaba pudimos ir revisando y pidiéndole nuevas actividades que debería presentar en la siguiente ocasión. Dicho portafolio entonces, fungió, como un elemento para obtener una evaluación formativa que al término del bimestre se convirtiera en una evaluación sumativa y que con ello pudiéramos salvar el ciclo escolar de dicho alumno.
Pero la participación de la familia es y fue muy importante en éste caso, ya que la mamá estuvo al pendiente de las actividades que le dejábamos a su hijo y de cerciorarse de que éste las llevara a cabo, de ir a la escuela a entregarlas y recabar las siguientes, con lo que la consecución de éste caso fue exitosa.
Quizá existan otros casos en que “perdemos” alumnos, sin embargo los maestros no podemos hacer milagros ni somos todopoderosos para resolver todos los casos y situaciones que se nos presentan, pero siempre que podemos, lo hacemos, aunque en las campañas mediáticas de los medios masivos de comunicación nos tachen de flojos, que no damos clases, que no queremos evaluación, que marchamos, bloqueamos, etc. Los que estamos en las aulas de clase y que nos enfrentamos a la realidad sabemos que los maestros también tenemos miles de historias de éxito, que las vemos reflejadas en los profesionistas y gente de bien que en las calles nos saludan con afecto, aunque a veces ya no nos acordamos de ellos, porque tenemos en mente a los que actualmente tenemos en las aulas.
Es la realidad con la que trabajamos, la sociedad y las autoridades deben entender que el docente no puede a veces superar los factores externos que influyen en el desempeño de los alumnos, el docente busca e implementa estrategias que pueden funcionar, o caso contrario fracasar, pero esto no implica falta de preparación, existen situaciones que estan fuera del alcance del docente.
ResponderBorrarAsí es maestra, gracias por su comentario
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